La plancha
De las cosas que hacemos los filólogos,
la de planchar es, sin duda, de las más reconfortantes.
Me dio para cavilar sobre las diferencias entre un predicativo y un circunstancial, para reconocer errores gramaticales en "Paloma", de Calamaro, y un buen rato de no pensar en nada, nada, nada... hasta tropezar con la cremallera.
la de planchar es, sin duda, de las más reconfortantes.
Me dio para cavilar sobre las diferencias entre un predicativo y un circunstancial, para reconocer errores gramaticales en "Paloma", de Calamaro, y un buen rato de no pensar en nada, nada, nada... hasta tropezar con la cremallera.
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